Las bacterias y los hijos de puta


(Breve explicación para niños sobre los términos del título)
El mundo es como un cuerpo humano, e igual que el cuerpo humano se enfrenta a gérmenes, agentes extraños que lo corroen,  lo deterioran, intoxican, lo dañan, a veces, de manera irreparable. En el caso del cuerpo, la ciencia ha llamado a esos invasores bacterias, virus, etc. A los del mundo los llamamos los hijos de puta.

En este grupo se encuentran los traficantes de armas, de órganos, de niños, proxenetas, pedófilos, laboratorios, banqueros, especuladores financieros, depredadores del medio ambiente, en fin, la lacra de la sociedad.

Igual que las bacterias, estos pueden producir daños irreparables y también multiplicarse.

Los hijos de puta más grandes, a mi entender, fueron son y serán los que dejaron su huella por los siglos de los siglos. Y estos han sido los que nos hicieron creer, fundando luego sus leyes aclaratorias, que esta tierra que transitamos, que era inicialmente de todos, como lo era para los aborígenes y otras civilizaciones, debía tener un propietario, y este primer latifundista demarcar su dominio y considerar invasor a todo aquel que ingrese voluntariamente o por descuido a su coto demarcado. Luego, propagándose como las bacterias, establecieron las comarcas, los ducados, las naciones, y  plantando en cada una de ellas sus banderitas, nos acostumbraron a que el Mundo debía regirse por fronteras, idiomas, religiones, y claro está, monedas diferentes. A mayor cantidad de monedas, mayor posibilidad de plantar banderitas, no importa a qué distancia de la bandera de origen se encuentre.

Y así como el propietario de un terreno pudo pegarle un escopetazo a quien transitara el área de su perímetro, los países, bendecidas sus armas por sus pacíficos sacerdotes, pueden exterminar, como lo han hecho tantas veces a sus vecinos.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Porque hablaban


Porque decían que era un equipo partido, un plantel dividido por peleas internas.
Que a su técnico le faltaba autoridad y dejaba que un jugador le faltara el respeto tirándole agua en la cara cuando le estaba dando una indicación táctica antes de entrar al campo.
Porque no estaba Tévez.
Porque Messi decía como tenía que ser el dibujo táctico.
Porque nos íbamos a volver en primera ronda.
Porque cuestionaron las decisiones de Sabella convocando a  Romero, Rojo, Biglia, Enzo Pérez.
Porque era esta selección el fiel reflejo de lo que es el país. Cada uno tirando para su lado, con un juego con sabor a nada.
Todos esos pronósticos agoreros, todas las infamias se cayeron hace rato, pero nadie se disculpa.
Estar entre los cuatro mejores del mundo ya era un logro. Pero estos leones fueron por más.
Porque se van a olvidar que estos gladiadores jugaron 120 minutos hoy, fueron a penales, tuvieron un día de descanso menos que los alemanes, y éstos, a los 30 minutos del primer tiempo tenían el partido cocinado contra Brasil.
Entonces puede ser que aparezcan de nuevo sus malditas teorías.
Les duele un poco ver tanta gente festejando por tan poca cosa.