A un paso nada
más,
solo a un paso,
aunque ese paso
signifique un parpadeo o una eternidad.
Y yo la voy
siguiendo
y ella se
adelanta como si me percibiera,
ajusta el ritmo
de su paso,
se aleja otro
poco
y en su andar
deja caer puntos suspensivos.
Puedo describir
la estela que deja su perfume,
hipnotizarme con
el vaivén de sus caderas,
manteniendo una
secreta esperanza:
que gire la
cabeza y me observe.
Persigo en el
deseo un imposible.
Ella siempre se
aleja y yo no cejo,
me agita la
ansiedad,
me cohíbe su
estatura,
respiro a su
compás,
doy pasos a su
medida,
espero una señal
de mis antecesores.
aquellos que han
sabido deslumbrarla,
seducirla,
cuidarla con esmero
con imágenes
brillantes, con impactantes metáforas,
con deliciosas
palabras
El latido cabe en
un renglón
y en una estrofa
el Universo entero.