Sentencia

No es ésta la noche propicia para pedir clemencia, dijo el guerrero antes que el filo de su espada atravesase de un solo golpe el cuello del hombre arrodillado.
Luego el silencio.
En la cuarta fila, la voz del director hizo un espejo con el texto recitado. No tiene carácter, le falta énfasis. Que pase el siguiente y dio por finalizada la audición del concursante.

Siguen sin aparecer

Los militares norteamericanos son muy ineptos o Saddam Hussein supo esconder muy bien sus armas de destrucción masiva....
Algún día las van a encontrar.

Duermo tres horas, todavía puedo

Los fines de semana no eran muy especiales. Boludeces, como todos. Iba a buscar algunas cosas al super, retiraba la ropa del laverap, en fin, almorzaba tranquilo. Y luego la tarde para mí . Para escribir, visitar a un amigo, charlar con alguien que hacía mucho que no veía.
Y con el Facebook cambió todo.
Ay. Siento un retorcijón.
Yo intuí algo raro cuando vi la publicidad de ese tipo corriendo una maratón y actualizando el Facebook y el Twitter a la vez. Me dije, carajo, ¿cómo hace? ¿Alguien corre al lado y él le va dictando? ¿Se filma mientras corre con el celular y lo baja on-line para que lo vean los amigos?
El arroz chino me cayó pesado.
Pero yo ya estaba en el Facebook y sin darme cuenta, porque es como una adicción más, un viaje de ida, le fui agregando funciones mientras otros hacían lo mismo por mí sin preguntarme nada. Entonces me etiquetaban en una foto donde se veía un hampster corriendo en una ruedita, o un auto viejo que se ponía en venta, o en la foto de un chico de Missing Children. Y todos los comentarios me caían en las notificaciones. Hasta que vi que eliminándose rápidamente esto no sucedía, pero para eso era mejor estar conectado todo el tiempo y así proceder ni bien te etiquetan.
Después algunos amigos empezaron a armar grupos a los que te asociaban porque claro, vos sos amigo y seguramente tenés intereses en común, sos del palo.
Me estoy hinchando mal...
Entonces me llegaban todos los comentarios de los grupos a los que pertenecía, porque pertenecer tiene sus privilegios, no me digan que no, como dice Merpin.
Y vi que tenía una lista a la izquierda de mi perfil.
  • Los verdes pinos de Palermo
  • Grupo de Teatro Perdón Shakespeare
  • No enrejes, Macri
  • Mi orgullo no lo escondo
  • Y al tercer día resucitó 
Y seguían llegando cosas nuevas, mientras no paraban las anteriores, gente que te quiere agregar como amigo, gente que te da un toque, otra que se da un saque, en fin.
Como tira...
Y ahí aparecieron las Suscripciones. Y dije voy a ver de qué se trata. Y resulta que además podés agregar a la información que te llega las publicaciones de gente que ni siquiera conocés personalmente, ni figura en tus contactos, pero te gustaría saber qué piensa, qué dice, con quien sale, grandes pensadores, artistas, políticos, gente de la farándula, bomberos.
Ay carajo.
Ahí se me complicó del todo porque mientras yo me anotaba a seguir gente, otros se anotaban para seguirme a mi, dándome la tremenda responsabilidad de decir algo oportuno al momento y a la circunstancia que estamos viviendo.
Entonces conecté Facebook al celu y no había más tiempo muerto para mí, porque mientras viajo, espero el subte, escucho como lloran mi hija y mi madre vaya a saber uno porqué cosa que salió en Internet, o me peino (el pelo se me está cayendo a horrores y eso me da mas tiempo) yo sigo on-line, como ahora, que mientras escribo tengo abierto el chat del Face y veo la discusión que se armó y no me pierdo los comentarios que van entrando al video que colgué de mi tía Nilda mientras planchaba la ropa. No me puedo mover del sitio, estoy a full, atornillado.
Me parece que no llego al baño... Justo ahora que me etiquetaron...