Felices fiestas



Después de haber sido condenados a una Probation a raíz de los graves incidentes en que fueron protagonistas durante este año en distintas canchas,  los barrabravas de varios clubes del fútbol argentino fueron convocados por el párroco de la Castelar para realizar tareas comunitarias.
Durante un mes estuvieron reuniéndose en el patio de la parroquia para ensayar los villancicos de Navidad con los que están visitando a los vecinos del popular barrio del Oeste.
Resulta llamativo observarlos tocar el timbre y con bombos, fuegos artificiales, cadenas, y bombas de estruendo deleitar a los desprevenidos residentes con cantos armados especialmente para esta fiesta religiosa.

Porque tenemo aguante
aguante de verdad
Judas sos vigilante,
te vamos a matar,
què alegrìa, que alegría, olé olé olá
Es uno de los más populares.

Somos barrasbravas de Jesús
llegó la hinchada
largue todo y venga a la misa
porque sino viene lo vamo a buscar.
El domingo la iglesia estaba llena de feligreses, lo que demuestra que nada como un villancico cantado con fervor para animar a aquellos que se olvidaron de la religión.

Nació en un pesebre
rodeado de animales
su novia era un yiro,
Judas un tragasables
y lo crucificaron porque lo traicionaron
comieron esa noche y no garparon
Interesante versión libre de la última cena y los últimos días de Jesùs.

Mataron a Cristo
lo llamaban romanos,
si estábamos nosotros
no muere ningún cristiano.
Desgarradora prueba de compromiso con los perseguidos.

Ay Pilatos, ay Pilatos
mejor lavate el culo
y te atendemos en un rato
No suena con contenido bíblico pero respeta la situación de la falta de compromiso del mandatario romano.

Nació en un pesebre
por culpa de Herodes
hizo tantos milagros
que con él no se jode
el barba es argentino,
y no sigue a la cancha
murió y resucitó por la revancha
Y en cierta forma, después de la muerte es una especie de revancha. No está mal.

Convertiste el agua en vino
y en la fiesta se morfó
y a ese muerto de Lázaro
le dijiste caminá y caminó.
Varios hechos compilados en una sola estrofa llevando a otro terreno también litúrgico tramos de las sagradas escrituras.

Salvo un encuentro fortuito con un grupo de mormones que terminó con la intervención policial antes de que pasara a mayores, esta idea revolucionaria del cura de Castelar acercó otro público al sendero de la fe.

El Gran Ruffini


La Asociación de magos lo tenía entre ceja y ceja porque, no sin razón, consideraba que amparado en el parecido sonoro del Gran Houdini, ampliaba su poder de convocatoria.
Finalmente, su carrera como mago la sepultó la Asociaciòn Protectora de Animales cuando constató que en 14 funciones murieron 136 animales de manera violenta. La última, una paloma, sobrevoló en llamas la primera fila del teatro, se estrelló contra el cortinado y obligó a desalojar la sala.
Volvió años después con el mismo nombre artístico: el Gran Ruffini, pero como crítico de espectáculos, donde adquirió una basta legión de seguidores y enemigos mortales entre la comunidad artística en general.
Me cautivó su desparpajo, su estilo punzante, directo y hasta diría sangriento y despiadado.
No hablaba ni escribía por comentarios. Asistía a los espectáculos y los desmenuzaba con su block de apuntes y su bolígrafo. Su libro "Se pueden morir todos estos", me ayudó a reencontrarme con las críticas publicadas que no había leído, porque las que sí leí, me convirtieron en uno de sus admiradores.
La primera que me impactó fue:
"Escucho cantar a Arjona y justifico la pena de muerte"
"En primera fila, un grupo de mujeres lo miraban embelesadas. Me distancio de aquellos que confunden un hecho escatológico con una expresión artística".
El libro está dividido por géneros y allí encontramos que opinó con crudeza de cada expresión del arte.
Cine:
"Hollywood por su daño y alcance es la industria más parecida a la armamentística"
"Hay películas que se filman como pasatiempos, para ver en un micro mientras se viaja. Ésta puede servir para entusiasmar a quienes van a ser ejecutados con la Pena Capital"
"Me debo haber dormido a los siete minutos. Desperté cuando el chico vuelve al pueblo. La recomiendo para después de un estofado bien regado con vino"
La noche que le colocó 4 Ruffinis (cinco era el máximo) a Cinemá Paradiso la embajada de Italia le envió flores a su casa.
Cuentan que Woody Allen preguntó por él cuando Interiores se estrenó en Buenos Aires.
El Gran Ruffini en el teatro:
"Una obra en tres actos de los cuales podrían suprimir dos para que con el que queda un buen abogado consiga una condena por crimen doloso"
"Ayer fui invitado por un amigo para que asista a su estreno. El desarrollo de la pieza terminó con la amistad agigantando mi libertad para escribir lo que considero justo."
"He visto grandes mamarrachos. Este rankea entre los primeros diez"
"Hay actores que no entendieron a sus directores, a sus maestros, a sus referentes. Los invito a abrir un kiosco donde al fin puedan ser ustedes mismos y si quieren actuar no infieran en el arte y si en la posible venta de alguna golosina"
Artistas valerosos colocaban al pie del afiche de su obra: Invitamos especialmente al Gran Ruffini.
Cuentan muchos actores que en los estrenos interesaba más saber sobre su presencia en la sala que sobre la cantidad de espectadores.
A uno de sus ex colegas magos no le fue mejor.
"Un acto de magia que lo reinvindicaría sería el de su propia desaparición"
El Gran Ruffini viendo televisión:
"Tinelli alcanzó los 40 puntos de rating. La televisión argentina también alcanzó los cuarenta puntos en su profunda e incurable cicatriz"
"Bailando por un sueño está muy bien. Yo me duermo"
"Los programas de chismes nos dan la verdadera idea de quienes son artistas, quienes gatos y quienes proxenetas".
"Mirta Legrand festejó sus treinta años de almuerzo. Cierta farándula tilinga festeja con júbilo. Hay quienes creen que es una diva como puede etiquetarse a Rita Hayworth. A mi me causa menos gracia que el Museo de Ciencias naturales"
"Se ha practicado muchas cirugías para conservarse lozana. Para pesar nuestro aún no recurrió al formol"
"No me asombran sus comentarios, hasta me parecen oportunos por el horario. Siempre es aconsejable después de un almuerzo mover el vientre"
El Gran Ruffini en las galerías de arte:
"Algunos pintores aprovechan que entre el público hay quienes ven un cuadro por primera vez. Es para ellos como nacer y caer en manos de un obstetra llamado Frankestein"
"Me asombran algunos títulos de los cuadros. "Catarsis", "La apoplejia de la mariposa", "Tráfico indeciso". Aconsejo al pintor a dedicarse a colgar solo los títulos prescindiendo de los cuadros que le restan calidad al mensaje"
"Es cierto: Rigoddi me ha arrojado una botella en su muestra. No pienso hacerle juicio. Es mayor el daño que le ha hecho él a la cultura"
"Antes de colgar alguno de sus cuadros es mejor pensar primero en el autor"
Odiado por los medios, es un punto de referencia más entre los grandes críticos.
Gracias maestro!!!

Grandes revelaciones de Facebook

Por Facebook me enteré de varias cosas.
Mi padre no es mi padre:
Me lo dijo tía Emilia mientras tomábamos el té. "No etiquetes como tu padre a Manuel. Tu padre se llama Rafael y sale libre el mes que viene"
En pocos caracteres, dos verdades.

Mi jefe no me banca.
Lo supe por un amigo en común que me dijo que subió una foto de la fiesta de fin de año de la empresa y le puso el nombre a cada uno y a mi me etiquetó "la larva". Además, fue como un preaviso porque la comentó: "Somos 36 pero el mes que viene 35"

Mi mujer no tiene la edad que me dijo.
Entré al perfil para chusmear y nació en el 47.

Mis amigos de Facebook no me quieren tanto.
Subí una foto de un día de pesca con la barra y la comentarios varios.
"Salimos a pescar y el pescado mas grande estaba con nosotros arriba del bote"
"Che, nadie se animó al empujón. Cuanta cobardía. Si saben que nada como el culo"
"La jermu me llamó a medianoche. ¿Qué pasó? Escucho que está tratando de entrar..."
"Pepe no aflojó bien la tabla del muelle donde lo sentamos..."(sigue...)
"Es más práctico la cacería. Son muchos los accidentes. Las armas las carga el diablo y nunca fue en cana"

Mi vecino armó un grupo en Facebook
"Todos contra el pelotudo del 3° J. Ayer volvió de pescar..." 

No tiren la cadena


No dejes de leerlo!!!
No lo vas a creer pero a mí me pasó!!!
Hice todo lo que me pedía este correo y a los 30 segundos sonó el teléfono de casa y pensando que fue una casualidad, volví a leerlo y ... Sonó el celular!!! Me dejaron tres cartas por debajo de la puerta, el canario del vecino silbó La Marsellesa y el del pronóstico del tiempo anunció 25º soleados en San Diego, California.

Taburh, el turco

Si te ha llegado este mensaje, considérate la persona más afortunada. A partir de este momento tu vida cambiará y todo lo que anhelas se te concederá.

La Leyenda de Taburh, el turco, nace en Estambul en 1537, cuando escribió la primer carta a su sobrino Rifbah, quien para burlarse de la estupidez de su pariente la leyò ante sus amigotes en la plaza del pueblo. Cruzaba la calle a las carcajadas y lo atropelló un buey.
Sus amigos copiaron la carta y la distribuyeron. A partir de allì cambiò la suerte en Bingöl, aunque ellos vivían en Balikesir. Ejemplos de su poder:

Un condenado a muerte, pidió hacerse humo de prisión. Una semana antes de cumplir la condena murió en el incendio de la penitenciaría. ¡¡¡Deseo cumplido!!!
A Raksur la vaca no le daba leche. Raksur escribió su deseo y esa misma tarde la yegua mató a su suegra de una patada!!!

Los primeros milagros de Taburh circularon por el Mundo hasta nuestros días.
Muchos reyes llegaron al trono siguiendo esta cadena. Por favor, no la rompas, ni te rías aunque no haya bueyes en la ciudad donde vives.

Concéntrate en lo que deseas:

Entonces repite 3 veces el siguiente sortilegio:

Por el poder de tres veces tres (no te molestes en hacer el cálculo mentalmente)
Por aquellos que van y aquellos que vienen y si vienen que vengan con algo
Por los vivos y los muertos
Por el poder de los cuatro elementos, la valencia del cinc y al ADN de Taburh, el turco.
A mi alrededor todas las cabezas giran, algunas 180º pero no me impresiona, abriéndome paso como a una ambulancia, elimino los obstáculos, me lavo los dientes.
Crece mi fuerza, soy energía, pila alcalina, puro es mi pensamiento, atraigo lo que quiero, incluso la ropa colgada en la terraza cuando empieza a llover.
El universo me otorga aquello que màs deseo y nada me niega ni me dice "Esa boludez...". Acá escribes tu deseo: .................................................................................................................................
Reina la abundancia, el amor, la salud, el dinero y los lugares para estacionar en el centro a la mañana.
Gracias Padre-Madre, concreto está mi sueño.
Danza mi corazón, da brincos mi intestino grueso!!!


Ahora reenvía:

5-10 personas: 3 semanas de Buena Suerte.

10-20 " : 3 meses

20-30 " : 1 año con vacaciones en la Polinesia y sumás millas!!!!

Pd. Cuando lo envíe debe sonar mi teléfono. Así será y mi deseo estará concedido. Sino suena, sonamos todos los de la cadena y quien sabe qué sucederá con el tiempo en San Diego, California.


La Revolución de Narjundi


A las 6.38 de hoy, las fuerzas insurgentes de Narjundi, lideradas por el Comandante Calabaza, derrocaron la dictadura de Tirpin Alah Haibrìm, quien tomó el gobierno de la nación africana en la fraudulenta licitación del 15 de noviembre de 1959.

Haibrím se mantuvo en el poder por dos generaciones aplicando según correspondiese el modelo que aconsejaban sus asesores gubernamentales.

Sus habitantes no podían abandonar el país debido a la aplicación de una férrea cortina de hierro con doble candado, cuya combinaciones para ser abiertos solo conocían el presidente y el jefe de gabinete que aún se encuentra prófugo con los números de la combinación.

El único diario editado en el país "El Haibrím", de sospechoso corte oficialista y relacionado con los grandes capitales internacionales fue retirado de circulación hoy a primera hora

El periódico y su edición de 15 millones de ejemplares, iba hoy a romper su pico de venta histórico de 132, alcanzado en la navidad del 69, cuando junto con la venta se le entregaba totalmente bonificado a cada lector un pan dulce.


Calabaza, líder y estratega visionario:

El Comandante Calabaza, para aprovechar la formación guerrillera obtenida en las selvas centroamericanas y tomando en cuenta que Narjundi tiene el 95% de su territorio cubierto por el más árido desierto del continente, instaló su vivac y asentó las bases de sus tropas en el jardín botánico de la capital, a escasas siete cuadras de la casa de gobierno.

Tras siete días de combate intenso en la tupida vegetación del parque capitalino, que erigieron a la revolución como la más rápida de la historia, tomaron por asalto el Palacio Oficial y detuvieron en su fuga a Haibrim y su familia en la puerta de la ciudad intentando recordar la combinación de los candados que abrían la cortina de hierro.

Los diputados haibrimistas fueron detenidos hoy en el Parlamento mientras votaban en carácter de urgente una ley para declarar al Movimiento Insurgente de Interés Cultural.

La extensa zona desértica impulsó a Narjundi a una economía monoproductora, líder en la venta de materias primas para corralones.

El Comandante Calabaza, cuya imagen se hizo célebre mundialmente por sus discursos a la prensa utilizando un snorkel en lugar del clásico pasamontañas, pronunció su primer discurso como mandatario hablando a la población en la cadena Wal Mart, adelantando que entre las primeras medidas de gobierno, serán derribados los 1537 monumentos eregidos a Haibrím y se quitarán las frases utilizadas para identificar calles, avenidas y paseos públicos, como aquellas que lo hicieron famoso en la década del 60:

"Dale una oportunidad a la paz y ríndete"

"No hay peor esclavo que el que no quiere trabajar"

"Tengo un sueño y hoy lo juego a la quiniela"

"Se lo que quiero y lo quiero ya!"

"Imagina que no hay países... ¿A dónde te vas a ir?"

"Narjundi, donde vos tenès que vivir y yo que gobernar"

"El impuesto vuelve en obras. Mi cuñado va por el tercer piso y sigue"



A mis seguidores en el Twitter

23.578 seguidores están pendientes de mis mensajes de Twitter.
No hay muchos secretos. Mis últimos mensajes los hacen sentir on-line en mi vida y ya forman parte del libro de próxima edición: "El Twist del Twitter".
No están las claves de mi éxito. Están las frases que hacen sentirle a mis seguidores "Carajo, está viviendo y pensando lo mismo que yo".
Un día en la vida. Un momento en el día. Un instante, una reflexión.

Cerré el portón de casa. Antes cerró el almacenero y no tengo azúcar.
Otra vez el perro del vecino cagó en mi vereda. ¿Los perros cagadores imitan a sus dueños?
Llovía a la mañana. Ahora hay sol. ¿Qué hago con el paraguas? ¿Y si se abre?
Mi jefe me ladró. Me acordé del perro del vecino. ¿Los jefes imitan a sus perros?
Abrigarse que hace frío. ¿La sensación térmica también la da el INDEC?
Renunció Cappa. Cappaz que ahora mejoran los resultados.
¿Me seguís?
Si la valija no te cierra pero la ventana sí, ¿será que conviene ir a Sierra de la Ventana?
Yo era radical de la primera hora pero a última hora me pasé a la oposición.
Abrí tu mente. Abrí tu corazón. Abrí tu Twitter.
Un amigo es una luz en la oscuridad, menos en el cine que es el acomodador.
Cayó la bolsa. ¿Qué será ahora de la vida del Hombre de la Bolsa?
Voy a soñar unas horas y si ustedes me siguen...
Sale mi libro. Sale en inglés es venta, así que ya saben, éxito seguro.
Los amigos goi se encuentran en el bar, los judíos en el Bar Mitzvah

El profe y yo

Nos vemos poco.
La historia nos juntó una noche en la Universidad de Morón en un acto en contra del festejo de los 500 años del encubrimiento de América.
Me dejó pasmado con sus claras estadísticas leyendo la historia nacional en una clase magistral ante un auditorio colmado.
Se rió con lo que leímos de nuestra obra con Guarnerio y nos hicimos amigos.
Sin él no hubiese salido mi libro "Disparates". Sin él no hubiese salido "Del Cabildo al Shoping" con Pinti.
Anoche nos cruzamos en correos. El escribía y yo también sobre la muerte de Néstor Kirchner.
Este es el correo de mi profesor de historia preferido: Jorge Cattenazzi.

Se murió Néstor Kichner. A ver, repasemos la historia de los últimos 4o años en Argentina. Quién bajo su mandato:
- volvió a poner el tema de las violaciones de derechos humanos en agenda (sin punto final ni obediencia debida)
- estructuró una Corte Suprema de rango internacional (y sin obediencia al poder ejecutivo), proponiendo públicamente los nombres de los candidatos (lo que es un derecho del Poder Ejecutivo) para que todas las personas y organizaciones opinaran sobre el candidato.
- Termino con el default, reestructurando la deuda externa(eterna) con una significativa quita (durante el mandato de su mujer se realizó el segundo arreglo con los bonistas). Solo quedan, prácticamente los fondos buitres (alguno plantea que se les debe pagar lo que piden?).
- Sacó de la pared de la Esma los retratos de dos asesinos (Videla y Bignone).
- Convirtió a la Esma en un lugar de la memoria, quitándosela a la marina.
-Dió nueva vida, a pertir de la decisión de la Corte de anular las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, a los juicios sobre violaciones a los derechos Humanos.
- Nos sacó del corsé asfixiante del FMI, pagándole (con reservas genuinas) su deuda (acuerdense cuando venían los emisarios del fondo sus recetas ¿quieren volver a eso?

Y junto con su mujer
- Reestatizó el sistema jubilatorio (para que los abuelos no queden en la calle)
-estableció dos aumentos de las jubilaciones por año (que son insuficientes, pero algo mejor a que te rebajen el 13% de tu salario en un contexto de inflación).
- Le intentó tocar el bolsillo a la patria sojera (con errores, es cierto, mezcló a los grandes con los chicos y por eso perdió, pero por qué en el capitalismo está mal que paguen los que más ingresan y no todos por igual?).
- Dieron la ley de medios que democratiza el acsesoa los medios de comunicación y ataca el control monopólico (no era que Adam Smith decía que el monopolio en la oferta o la demanda altera la libertad de mercado?)
-permitió la libre expresión de la protesta de todos sin represión. DE TODOS .
- le dió rango internacional a la Argentina como no tenía (por lo menos en los últimos 50 años) : bloqueo al ALCA en Mar del Plata, robustecimiento al Mercosur, Excelentes relaciones con Brasil (nuestro socio mayor). Vital importancia en los conflictos Venezuela-Colombia y en el intento de golpe de estado a Ecuador. Y un montón más que en este momento no me acuerdo.
Es una pérdida inmensurable, por dos motivos:
1) cómo va a reaccionar el PJ. Se bancará el liderazgo de Cristina (es un partido hipermachista, no se si se hubiera bancado a Eva, y eso que Eva los cagaba a tiros si la enfrentaban). Podrá Cristina o será desplazada por algún boludo (o algo peor que anda suelto).
2) Si Cristina no logra mantenerse, quién vendrá? Los que ya estuvieron y así quedamos, o Mauricio y así quedaremos. Como verán omito a Lilita, es demasiado fuerte siquiera para pensarlo.
Se murió un gran presidente (por lo menos en relación a lo que hemos tenido). Es una enorme pérdida, no para los peronistas (para ellos desde luego), sino para los que pueden pensar desde una mirada amplia, no sectaria.
Por eso me pregunto: los que hoy están festejando ¿Qué festejan? ¿Quiénes son? Qué pretenden? Dios salve a la Argentina de esa gente.

No se para que mierda escribí esto (tenía necesidad de hacerlo, de desahogar la angustia por el futuro). Los amigos que comparten a los tres renglones dejarán de leer, justamente porque comparten. Los amigos que no comparten, a los tres renglones dejarán de leer, justamente porque no comparten. En verdad lo escribí para mí, necesitaba hacerlo y el enviarlo es sólo una escusa. Mi afecto para todos ustedes.

Práctica forense

Colocó los dedos índice y mayor a la altura de la yugular y exclamó lacónicamente: "Está muerto". A escasos metros de la cabeza recién examinada se hallaba el cuerpo, cuya posición recordaba al signo de interrogación, rara paradoja que simboliza el misterio de todo crimen.

Con la ayuda de sus asistentes contabilizó sesenta y seis impactos de bala entre las paredes y el zócalo del pasillo y a simple vista, mas de la mitad de ese número dieron entre el pecho y las rodillas. Volvió a hablar "la cara no expresa sorpresa ni temor, mas bien algo así como... y bueh"

En la escalera a dos escalones del pasillo encontraron el pie derecho de la víctima, calzado aún. "Trató de huir por acá"

Miró a los practicantes que tomaban nota de los detalles. "No quiero leer en sus apuntes ninguna hipótesis de suicidio. Están frente a un crimen pasional. Lo dicta mi experiencia"

- Disculpe, profesor -dijo uno de los practicantes. ¿No podría ser un ajuste de cuentas observando la saña en la escena?

- Gómez, trate de no mezclar la matemática con las pastas porque se va perder... Simplemente observen y perciban las señales. Las víctimas hablan, aprovechen a ésta que es muy comunicativa. Observen. Observen la mano derecha señalando a la escalera. No está deteniendo un taxi, está diciendo yo se quien pagó para que hagan esto, los está acusando. En la mano izquierda no hay anillo de bodas y si registramos estos departamentos, lo encontraremos. Se lo quitó para tener una aventura que no le trajo buena ventura.

- ¿Cómo sabe que era casado?

- Por los surcos pronunciados en la frente, la caída de los hombros por el peso de la responsabilidad, la corbata elegida por una mujer y la libreta de casamiento que tiene en el bolsillo del saco.

Tomó de uno de los bolsillos del occiso un paquete de cigarrillos y lo encendió. "Fumaba poco, están húmedos"

"Los casquillos de las balas son distintos, las armas también. Piensen: ¿en qué se parecen sus asesinos?"

- En que todos lo conocían -balbuceó alguien del grupo.

- Bien, Fernández, por algo usted es el mas brillante.
- Profesor, ¿por dónde empezamos para resolver esto?
- El avance tecnológico debe formar parte de nuestras herramientas. Empiecen por el Facebook. Saquen una buena foto de la escena, colóquenla en el perfil del occiso y etiquétenla para que la vean todos sus contactos. Observen las reacciones en las respuestas. Entre ellas, están las palabras del asesino.


Animal Planet

Suele jactarse el ser humano de ser la especie que predomina en el reino animal, la que marca la línea del progreso y la superación.
Sus leyes no siempre son naturales.
Hay muchos casos de animales que viendo a un ser indefenso, enfermo, o en desigualdad de condiciones, pese a pertenecer a su cadena alimenticia, lo ignoran. O sea, no matan para comer sin un código natural sobre el que desconoceremos por siempre su origen.
En el Subte línea B de Buenos Aires uno puede encontrarse con una pareja de ciegos que recorren los vagones, el hombre tocando el acordeón a piano y la mujer recogiendo las monedas que el público coloca en un vaso de metal que ella lleva en la mano. Se escucha en cada gesto el ruido.
Entraron al vagón como siempre, mientras caminaban despacio ella dijo: "Si quieren colaborar, tóquenme el brazo. Hay quienes nos roban el dinero".
Alguien que le roba a un ciego no puede ocupar el último escalón de los seres vivos.

Rezo por vos


Obsérvese la imagen con detenimiento.
El hombre en un gesto inequívoco de postrarse ante su creador, un gesto de oración y arrepentimiento.
Acaba de comulgar y piensa en sus pecados.
Un buen cristiano.
Un hombre de iglesia, un hombre de fe.
Un hombre sumiso ante la justicia Divina.
Y Dios lo observa en su recogimiento y en su oración.
Y Dios justo como ninguno, pregunta a sus arcángeles, quien es este hombre que le rinde abnegado tributo.
Jorge Rafael Videla. Dictador argentino. Responsable directo de la desaparición, tortura y muerte de 30000 personas.

Somos lo que comemos


Somos lo que comemos reza la cultura oriental y no deben estar errados. Sino no se explica porqué somos la única especie sobre la Tierra que no evoluciona. Porque no me digan a mí que los adelantos tecnológicos significan evolución. No se cuánto le demandó al oso panda crear un dedo que no tenía para sujetar y comer la caña de bambú. Hay una diferencia entre ese desarrollo natural y que desarrollemos nosotros un nuevo pulgar para jugar mejor con la playstation o tipear un mensaje de texto con el celular.
Y uno se detiene a observar lo que ingiere y hace un esfuerzo por no desmayarse cuando ve que en la cacerola puso a hervir unos trozos de pollo. Y el pollo cambia de forma y deja salir a la superficie un olor extraño junto con unas manchas de color lechoso que tampoco es la grasa que el agua en ebullición hace emerger.
Entonces se acuerda que escuchó decir por alguien que sabe que en un par de meses un pollo pesa un par de kilos y tiene una pechuga que a uno le hace pensar que ese pollo fue hijo legítimo de Arnold Schwarzenegger. Y todo esto a base de unas hormonas que le dan al pobre animal mientras le mantienen la luz encendida haciéndole creer que es de día y el come y come y come todo el tiempo, totalmente ajeno a su destino poco feliz y a la responsabilidad directa de envenenamiento en masa que ha planificado su criador. Y el pollo tiene una vida sin sol, sin caminar, sin buscar lombrices, sin saber lo que es el maíz, ni las semillas, ni el aire libre, ni el progreso, ni el pasto, casi como si fuera un ser humano.
Entonces miramos la verdura y la cortamos y no tiene aroma ni sabor ninguno. Y allí nos enteramos que le poneen unos fertilizantes y la riegan con unos pesticidas que podrían haberse usado en la guerra de Irak con mayor efectividad que las bombas radioactivas.
Y los transgénicos y los procesos de congelamiento y los almacenajes y las exigencias de crecer, crecer, crecer, ponerse bella, madurar, ser productiva, casi como si fuera un ser humano.
Entonces pienso que en este orden las especies tienden a ser todas iguales tarde o temprano. Y que de aquí a la antropofagia hay un paso muy corto, casi como ya nos sucede a los seres humanos.

Fronteras

Caminaba con dificultad, apoyada en el bastón, mirando el suelo.
Las arrugas daban señales de su edad, pero la cicatriz mayor la llevaba en la mirada.
Al pasar al lado mío, algo me dijo que no comprendí, pero primero saludé porque todo el mundo se saluda, aunque no se conozca. Me hizo un comentario sobre un señor mayor sentado a una de las mesas en la entrada del hotel y que al parecer, hacía unos días la había insultado.
"Disculpeme que lo moleste. No quisiera ofenderlo"
- No me ofenderá.
"¿Podría ayudarme con algo?
- Puedo ayudar con unas monedas.
"Mas que suficiente. Que Dios lo bendiga"
Fue otra prueba que estaba en Posadas. Porque en Buenos Aires, hasta para pedir limosna somos prepotentes.

Los regalos


Yo entiendo que no es fácil, no señor. Yo también paso por ese trance cuando llega un cumpleaños y tengo que elegir que comprar para el homenajeado, sobre todo si la persona no es un amigo, si tengo que pensar que le puede gustar, calzar en el cuerpo o lucir. Y sobre todo sufro en las fiestas, que siempre corro a último momento contra reloj para conseguir los regalos del árbol navideño.
Pero hay que hacer una pausa y pensar que no está bien regalarle una peineta a una mujer calva, un dvd a un ciego, un piano a un manco, tener una idea aproximada de la utilidad del regalo.
Y están los otros obsequios, esos que son un compromiso para que los recibe porque tiene que pensar dónde colocarlo, qué hacer con él o con qué tipo de combustible arderá mas rápidamente.
Observen estos simpáticos caballitos de la foto.
Hay ciertos adornos orientales que uno jamás colgaría en su casa, porque no hay onda para las cortinas con colgantes o esos faroles blancos y rojos. ¿Qué hacer con estos caballitos, por ejemplo, cuando uno no es dueño de un stud, ni es del campo, ni posee una caballeriza, ni practica equitación, ni pato, ni polo, ni es cartonero y la última vez que vio un caballo fue en la calesita del barrio?
Uno debe agradecer lo que se le ofrenda y tomar un problema. Porque quizás el que los regala espera verlo sobre un mueble, una repisa, al lado del teléfono cuando viene de visita. Y el que lo recibe tiene que pensar que hay otras visitas que llegan a la casa y explicarles porqué tiene a esos dos simpáticos caballitos sobre la biblioteca.
Uno podría responder que es un regalo. Un caballito que nos hace acordar a otros caballitos que no corren por el campo, ni relinchan, ni galopan pero que a veces salen de compras.

El espejo roto

Cerró su agenda y la colocó a un costado de la silla, sobre las rodillas apoyó la cartera mientras le echaba un vistazo rápido a la bolsa del suero y a la ventana que daba a la calle, miró el reloj de pulsera y abrió el espejo, partido en dos, la cicatriz en la imagen era la mejor prueba que los siete años de desgracia eran falsos y que al abrirlo ya no recordaba como al principio la causa del accidente, la razón principal por la que decidió conservarlo, comprobó que no debía retocar el maquillaje de los ojos pero si el rubor, ceremonia que precedía al cambio de identidad ocasional y al gesto automático de tomar el dinero que habían dejado para ella sobre el mueble que oficiaba de mesa de noche. Levantó la vista y se persignó mirando al crucifijo que colgaba sobre un clavo contra la pared donde se apoyaba el respaldar de la cama, repasó nuevamente la agenda para comprobar el piso, la sala, la habitación, el nombre del cliente y la que a partir de unos minutos sería su historia personal.

Sería Gladis durante los segundos que duraría el ascenso de los veinticuatro escalones hasta el próximo piso y al cruzar el pasillo que la condujera hasta la habitación de Fermín, donde comenzaría a ser Esther, madre de dos hijos a los que no ve desde hace un año, el mayor que reside en Canadá como biólogo y el mas chico y el más disloco, que nunca aceptó la segundas nupcias de su padre, pintor de profesión, rebelde de vocación. Sabía que Fermín no abriría los ojos durante la hora y media que duraba su trabajo, que encontraría como siempre un cheque debajo del florero, que el álbum de fotos familiares y las referencias de lugares y personas estaría en orden y escrito con la letra minúscula de la hermana de Fermín y que podría demandarle algún esfuerzo extra leerla, sobre todo cuando la luz de la sala se volvía tan débil como la respiración de su cliente.

Entró por primera vez al hospital una tormentosa noche de invierno siete años atrás después de permanecer cuarenta minutos abandonada en el pavimento hasta que la rescató una ambulancia, ese viaje inconsciente, la sensación de parálisis, esas voces extrañas que murmuraban a su alrededor cuestiones sin importancia, el golpe de suerte de quedar tendida boca arriba, porque la calle era un río caudaloso y a esa hora la tormenta arreciaba. La hemorragia fue disimulada por la correntada pero llegó al hospital demasiado débil como para considerarla fuera de peligro.

En el cuarto le habían dejado una porción de torta y un ramillete de fresias que oficiarán de tema central de conversación en los primeros minutos del encuentro. Sabía por la agenda, que hoy era su cumpleaños. Cerca de la porción de torta varias esquelas escritas y dibujadas por niños a quienes conocía a través de fotos y algunas voces reconocibles que una Nochebuena escuchó en su teléfono celular y cierta tarde de otoño de una grabación que le dejaron a su mejor cliente.

Había llorado. Al principio con tristeza y luego con angustia, esa sorda, aguda y profunda angustia que produce espasmos. Había recogido los billetes del último cliente, había calculado que sería imposible reunir el dinero que necesitaba, pensó en sus tres hijos, sintiendo a la vez la necesidad del abrazo protector de un hombre y no los que padeció durante media hora, desprovistos de ternura, contaminados de lascivia, infectados por la obligación de cumplir con una simple y acordada transacción comercial.

No era de beber y había bebido. Sostenía que el alcohol era un enemigo mortal de la belleza que siempre hay que estirar lo más posible, porque los años pasan rápido, una necesidad biológica la impulsó al licor para aliviar el temblor del pulso, a dejar de arrastrar los pies por el salón para recuperar el porte, a seguir el consejo siempre sospechoso de Nina de pasar por el baño y darse una lavada de cara, porque con esa estaba para un baile de disfraces y no para un sauna de nivel. Y apenas escuchó las órdenes del negro, que ya vino el cuervo con guita fresca y quiere fiesta con vos y la turca, que va a haber un par de líneas de frula, algunos chiches para jugar y llamá a la colo que viene con gente a festejar y ojo con retobarte si ves alguna jeringuita, que vos cobrás por lo que te pidan estos monos, que gracias a ellos vivís.

Siempre provocadora y bien dispuesta, fatal, deslumbrante, en las sombras y bajo las luces, siempre en los detalles del maquillaje y la lencería, con gestos insinuantes que sabía eficaces a la hora de deslumbrar y ser primera línea, pero no tenía voluntad de llevar encima la carga y el dolor, no estaba de ánimo para dejar el cigarrillo y tomar aire, recuperar la sonrisa junto a la compostura y encender el rostro, sonreírle a alguien que en la intimidad le provocaba asco, cosa rara, la nuestra, comentaron una vez en la cocina del sauna, somos como las enfermeras limpiando la mierda de gente que no conocemos, enjuagándonos la boca por alguien que en la calle no tocaríamos ni con un palo.

Le habló pausadamente, en un susurro y sintió por primera vez que le tomaba tímidamente la mano, y cuanta juventud, cuantos días por vivir, sin tanto vértigo propio de la edad, de esa fiebre por devorarse el mundo, cuantos tropiezos naturales, esa hermosura aún floreciente en el rostro, la costumbre de acariciarle con ternura la frente, abrazando la esperanza de que ese brillo en los ojos fijos en el techo, sean señal de gratitud o de emoción, un poco menos rebelde, con menos euforia y más candor que aquella que lo impulsó a acelerar a fondo aquella noche, la curva interminable hacia otra de la que todos dudan que regrese. Le dijo mi amor, le regaló un guiño y con delicadeza, sin quitarle los ojos de los suyos, comenzó a hacer círculos con la brocha espumosa para afeitarlo y pasaron ante ella los segundos que separan una decisión correcta de una que no lo es, y volvió a vencer el impulso de besarlo en la boca.

Dos días después supo lo que sucedió esa noche, de boca del Pitufo, que se animó a venir, porque no le hizo caso al rumor que no salía, que de esta no se salvaba. Con el cuerpo dolorido y rota el alma, escuchó lo que le contó in que ella preguntara, aturdida aún por tantos flashes que la memoria no conseguía ordenar con precisión y hasta dudó por su natural y muchas veces sabia desconfianza, que esa historia hubiese sido armada por el negro para librarse de sospechas y preguntas policiales, aunque acompañando el ritmo del relato, las imágenes que prefería no volver a ver se presentasen ante ella tan reales como ese frasco de suero, esas flores y el crucifijo sobre la cabecera de la cama que miró con mucho esfuerzo la segunda noche de internación.

Empujó con los pulgares el maxilar inferior y ajustó la venda con un nudo en la parte superior de la cabeza, un procedimiento al que no estaba acostumbrada, pero como tantas cosas a las que una se acostumbra. Pensó en un mensaje de texto pero primó la sensación de la frialdad de las palabras en la pantalla de un celular y llamó. Lo dijo con voz pausada, sin ese engolamiento falso de los que atienden el teléfono de las funerarias. Nunca supo si rezar o agradecer o ambas cosas. Estiró las sábanas, acomodó algunas pocas pertenencias y guardó el reloj para alejarlo de imprudentes tentaciones. Los gestos involuntarios no espantaban la tristeza que sentía cuando la luz del sol envolvía la habitación con una atmósfera rojiza. Rezó en silencio. No confiaba demasiado en su memoria pero sabía que algunas fobias se iban enterrando lentamente en el olvido, y que las noches dejaron de ser ajenas para que ella decidiera elegir sobre lo que nunca hizo.

El volúmen de la música aturdía, dos veces dijo que no con la cabeza cuando le ofrecieron cocaína de la mejor, de la pura, de la que no vas a inhalar en tu puta vida, pero ya el ambiente era de una euforia intensa, desmedida, y ya intuía que de ese coctail no iba a salir otra cosa que sexo y violencia. No supo quien ni como la tomó de los brazos, pero volvió a ver al doctor repitiendo su escena preferida, y el pañuelo de seda rodeando el cuello, el ahogo, los golpes que escuchaba alrededor y los gritos desesperados de la turca, todo se nublaba y solo atinó a tirar con fuerza de los extremos del pañuelo, los ojos desorbitados del doctor, alguno de los cuatro que la tomaba del pelo y la insultaba, largá perra, largá que lo vas a matar, aquella puntada sorda en las costillas y el ruido de huesos, otra andanada de golpes y puntapies cuando estaba en el suelo, la sangre que le brotaba de la nariz, el tabique partido, la tomaban de los pies y de las muñecas, la llevaban con la cabeza colgando mientras la sangre se atoraba en la garganta, el sonido de la puerta de auto, el chillido de las gomas, la tormenta.

Abrió el espejo y se colocó rubor suavemente en las dos mejillas. Todas las camas y los clientes se parecen. En la desnudez somos iguales, aunque cerca del lugar donde se confunden los cuerpos, a nuestro alcance, estén aquellas cosas que marcan las diferencias, el reloj, la billetera, las pequeñas fotos familiares. Caminó por el pasillo para llegar al hall donde están los ascensores, cuando se cruzaba con algún camillero, volvía a ella el recuerdo de la primera noche, el dolor que se fue transformando en otro dolor cuando pasaron los días y veía a su alrededor a los que tenían visita y a los que no, a los que apenas dialogaban, a los que una sábana invisible los iba sepultando poco a poco. Demasiada vida para morir tan solos. Y quizás se apiadó, o fue la fuerza milagrosa de los rezos o la reconversión del alma de los que tocaron fondo, pero apenas pudo ponerse de pie, visitó a la mas solitaria de sus vecinas de sala, una mujer no muy mayor que en la primera noche le pidió que le leyera una revista de chismes. Y leyendo la encontraron los familiares de la enferma el primer domingo, leyendo en voz baja a una mujer que disfrutaba mas de sus comentarios que de la lectura. Sintió una mano que le tocaba el hombro y al girar encontró una sonrisa. Muchas gracias por esto que hace, nosotros no podemos venir a verla. Y la pregunta tantas veces escuchada sonó distinta. Ya no pensaba en los siete años de desgracia a los que la había sentenciado el espejo roto. Y esa pregunta que le hicieron tantas veces, ahora le señalaba otro destino. De boca de ese perfecto desconocido emergió la estrella que señalaba otro camino, y no supo que decir porque no lo había pensado, como no había imaginado que existía también esta necesidad humana de compañía, y el olvido que con el tiempo sepulta todo, para darse cuenta que fue allí la primera vez que le preguntaron cuánto cobraba por una hora.

4 a 0 - La culpa es de mi madre

Me levanté igual que la otra vez y como contra México me puse la remera negra mangas largas , sin lavar, pese a que estaba caluroso y el detalle me sirvió para tener espacio en el colectivo en el viaje de vuelta cuando me tomaba del pasamanos.
El mismo boxer, las mismas medias y las mismas zapatillas.
Tomé el mismo colectivo, como para llegar con tiempo y encontré la escena dispuesta.
Todos igual, en los mismos lugares, mi hermana en la silla de la cocina, digamos como último hombre, por si en cada ataque, los alemanes superaban el hechizo de los cuernitos contra el televisor, mi otra hermana en el comedor, mi sobrina embanderada con gorro y una corneta que aprendió a hacer sonar como la bocina de un transbordador.
3 minutos y nos cabecean en la puerta del área chica y gol. ¿Cómo entraron? ¿Cómo no iban a entrar si esa zona contra México era de mi vieja que se sentaba en la cabecera de la mesa del living y ahora no? Aprovecharon el hueco que dejó mi vieja los hijos de puta.
No sirvieron las súplicas, los ruegos ni las amenazas de pasarle la dirección a la barra brava de Chacarita para que se den una vuelta cuando regresen de Sudáfrica. Mi vieja no se movió y por allí entraron casi todas las veces, por el lateral izquierdo.
No señalen a Diego, no culpen a Messi, no busquen responsables. La responsable vive en Olivos.
Tengo los datos y la foto bien clarita. Ella no admite porque no cree. Con los ateos es así. Ateos fundamentalistas son.

La gorra me queda chica...


Mauricio Macri, nuestro Jefe de gobierno porteño, incorporó la tecnología para mejorar, intensificar y aumentar su cuidadoso sistema de recaudación.

Cualquier pescado que tenga un celular con cámara (hoy somos muchos los pescados que contamos con ese instrumento) puede fotografiar a cualquier porteño cometiendo una infracción de tránsito, enviar la imagen por mms a un sitio web y automáticamente sale una multa al domicilio del infractor.

Entonces vemos individuos parecidos a nosotros, que visten ropa de calle, que están de civil o gozando de un franco quizás merecido, fotografiando a quienes están pisando con sus ruedas delanteras la senda peatonal, estacionando en contravensión, cruzando un semáforo en rojo, hablando por celular mientras conduce.

Hay cientos de nuevos vigilantes en la Ciudad de Buenos Aires, profesión siempre al Servicio de la Comunidad-

Cientos de tipos que llevan en la frente la marca de la gorra azul con vicera negra.

Cientos de tipos a los que no les dió el coeficiente intelectual para ingresar a la escuela de la policía.

Lo único que portan como arma es un celular.

Quisiera verlos en una situación comprometida con una picana.

A mí la gorra me queda chica.


El Evangelio según Facebook



En menos de dos semanas, dos personas que no se conocen entre sí, se despidieron de mi diciendo: "Te sigo por Facebook", como alguna vez, supongo siguieron alguna serie televisiva, en tiempo real.
Pensé que si pudiéramos armar con cada album de fotos colgados en la red un compilado, realmente novelaríamos las vida de las personas que conocemos y estaríamos on-line en los actos relevantes de su historia personal evitándonos mas de un compromiso.
"Lindo tu casamiento. Tu vieja está igual. Yo te avisé por Facebook que no iba. ¿No lo abriste? ¡Qué poca bola le das a mi perfil!"
"Che, lindo el nene. Ya le adicionaste amiguitos de la nursery?"
"El rabino lo tapa un poco con la barba en la circuncisión"
"No sabía que regalarte y te mandé ese link de ositos cariñosos que bailan... Feliz cumple!!!
"Me acordé de vos y te mandé un toque la semana pasada"
Si imaginamos una nueva Revolución, ésta sería un fracaso sin Facebook, porque ya son un éxito comprobado las convocatorias a rateadas en masa, o juntarse en algún lugar público a beber hasta conseguir que las acciones de alguna cervecera modifiquen sus dígitos en la Bolsa, o a darse almohadonazos con desconocidos frente al Planetario y no ver las estrellas afuera ni adentro.
Así como con la llegada de la penicilina muchas enfermedades mortales dejaron de ser un problema, otra sería la historia de la humanidad si Facebook hubiese aparecido en otras épocas.

Jesucristo hubiese sospechado de Judas mucho antes de la Ultima cena, viendo sus amigos, notando que no tenía otro que a Jesús mismo en su perfil y que en todas las fotos de sus álbumes aparece dándole un beso en la mejilla o señalándolo disimuladamente con el índice sin que él lo notase.

"Jesús te ha invitado a su Ultima cena" Pedro: "Si, es posible que asista".

Cristo hubiese reemplazado el pan partido en partes iguales por las galletas de la fortuna.

El Sermón de la montaña hubiese tenido un enlace con un ícono de pulgar levantado y el comentario al pie: a 8329 personas le gusta esto.

Los grupos de Facebook hubiesen acelerado los procesos históricos.

"Seguidores de Cristo" 2358 miembros.

"Perseguidores romanos del Rey de los judíos y su banda" 739 miembros.

"Todos con María" 2358 miembros

"Esas viejas locas" 739 miembros

"María Magdalena te regala una noche" 7845 miembros (en su mayoría erectos)

Las notas, testimonios de Lucas, Mateo, Juan no hubiesen tenido que soportar análisis teológico alguno. Todos los seguidores de Cristo la hubiesen compartido entre sus contactos.

"Has recibido una invitación de Francisco para ver el Milagro del pan y los peces"

"Levantate, Lázaro, son las 8" Ha dejado un mensaje en tu Muro de los Lamentos.

En las misas, todos con sus notebook y el cura diciendo: "Abramos el Album Huerto de los Olivos, comentario al pie de la foto: Jesus le dice a un romano"


Gaita

Yo ví que vos veías
desde tu magnífica visión nuestra ceguera,
no la hija del dolor y de la rabia,
sino la del espanto.
Yo vi que vos veías
que siempre tuviste tu lugar entre nosotros
y no son suficientes estas lágrimas
para esos gestos tuyos.
Recuperé tu voz aquella noche
volviendo de un letargo absurdo
en el que no hubo llamados,
encuentros, abrazos, emociones.
Y solo murmuraste mi nombre,
quebrando toda distancia,
llevándome a médanos, pinos y fogatas en un vuelo.
Yo vi que vos veías
el silencio lacerante, nuestro duelo
partiendo y compartiendo en tantas partes una torta
con nuestro partido corazón.

Yo vi que vos veías
lo mucho que nos duele

Un actor de mil oficios


Cuando en los pasillos del conservatorio de arte dramático, en los camarines de un teatro o en los sets de filmación se nombra a José Antonio Pietrocarbone, un silencio sólido, espeso, enmarca la jerarquía de su figura, la excelsa calidad del quizás más prestigioso y desconocido de nuestros actores.
Miles de anécdotas lo pintan de cuerpo entero porque en un currículum de 89 obras de teatro y 135 películas, la gente que lo vio trabajar y relacionarse ha aportado datos que confirman su grandeza.
Nació en 1938 en la ciudad de Pergamino, provincia de Buenos Aires. Hijo de inmigrantes italianos, asombró desde pequeño con su particular inteligencia y determinación.
A los siete años se escapó de su casa para unirse a un circo conde cumplió roles muy diversos: acomodador, payaso, equilibrista, foca. Sus caracterizaciones ya marcaban su destino. Huyendo y escondiéndose de sus padres fue cambiando los datos en sus documentos y papeles personales. En su museo se conserva una foto a los once años donde el pelo entrecano y los bigotes lo hacen aparentar una persona de avanzada edad.
En 1955 debuta en el cine dirigido por Oscar Carchano en la película Sinfonía de juventud, donde interpreta magistralmente a un changarín de la estación Retiro. Aunque la escena dura 7 segundos se percibe en el cuidado de sus gestos su valor profesional. Años mas tarde confesaría: ¨Estuve trabajando como maletero 6 meses en Retiro para esa escena.
Los críticos, siempre escépticos preguntaron si para 7 segundos que bien podrían haber sido suprimidos por el director en la edición trabajó 6 meses, no es una exageración?
¨Siete segundos es la vida de un actor¨ respondió antes de girar sobre sus tacos y emprender la retirada de la entrevista.
Su trabajo empieza a ser notable y tiene de parte de Leopoldo Torre Nilsson la primer advertencia sobre la inconveniencia de su apellido.
- Es muy largo… Acortalo a Pietro que está bien.
- Gracias Leo, pero no. Llevo una vida construyendo este personaje. Soy Pietrocarbone (declamaba) y como Pietrocarbone moriré.
Algunos directores afirmaban: no resulta tan difícil encontrar un papel a su medida como un título que deje en segundo plano su apellido. Hay obras donde no entra en el cartel.
¨Mi carrera fue meteórica, como el Halley. Un éxito cada 107 años¨
¨El actor se debe a su público antes que al almacenero que le fía¨
Para el papel de Domingo Faustino Sarmiento en ¨Feliz Domingo¨ estuvo dando clases durante meses en un colegio nocturno donde lo asaltaron tres veces y lo golpearon cuarenta y dos. Los ladrones no fueron apresados, los que lo golpearon fueron identificados como los dieciséis integrantes de su clase compuesta por 17.
Para componer la escena de la muerte de Sarmiento se pasó cuatro meses recorriendo hospitales viendo gente moribunda. Como cierra los ojos, como balbucea, como suspira. Es el primer actor argentino que utilizó el recurso de morir con los ojos abiertos, tema que la crítica de la época tomó con verdadero interés.
- Esa última mirada de Sarmiento, evoca algo?
- Evoca el paso de los años frente al pizarrón negro y ese fulgor de luz clara que anticipa un pasillo a otro mundo.
Famosa fue aquella anécdota de la cancelación del estreno de ¨El jardín de los cerezos¨ porque una ingesta de cerezas le provocaron una descompostura tremenda.
¨No sobreviviría a la televisión de hoy donde todo se hace tan rápido. Cuando me ofrecieron ¨El Rafa¨ y dije que antes tenía que vender diarios durante dos meses y vi sus caras, me di cuenta que este medio hace todo con la cultura de las comidas rápidas y así les va.
Su tercer esposa, la actriz Azucena Dalton, detalla pormenores escabrosos de sus últimos años de convicencia en su libro “Eras Pietrocarbone a secas”. “No existía profesión que él no pudiese interpretar hasta que lo internamos. Se rompió un caño en casa y dijo: plomero es un fácil papel pese a mis ruegos. Dejó al barrio sin luz durante una semana.”
“Me separé de él cuando vi que la locura ya lo había desbordado. Me enteré que quiso ser salvavidas en San Bernardo y todo el desastre que ocasionó y me parecieron patéticas las fotos de sus ademanes cuando lo sacaron los bañeros y la gente aplaudía. Al principio era gracioso verlo ponerse el delantal para ayudar a los chicos en sus tareas escolares, pero luego se transformó en una pesadilla cuando hizo colgar esa enorme campana con la que llamaba a recreo en el medio del living.”
Los premios Pietrocarbone a la actuación, hoy revalidan la jerarquía de un actor multifacético, prolífico, inolvidable. Proximamente en librerías: “Los mil oficios de Pietrocarbone”

Siete clavos

Mientras se abotonaba la camisa lentamente miró de costado la cama revuelta y esos ojos clavados en la nada, que lo observaban mas allá de su figura. Un par de veces se detuvo en la mirada y quiso adivinar si era inocencia, pudor o el pacto secreto lo que la hacía indescriptible. Percibió el olor rancio del semen entremezclado con las salivas y supo que ésa atmosfera y verlo de rodillas ante él despertaba la líbido y esa pasión irrefrenable.
Repasó el desorden de la pieza con una mirada que parecía colocar las cosas en su sitio, todo lo que podía ordenar desde el espejo, cuando le devolvía su reflejo perdiendo compostura, los ojos entrecerrados, la cara encendida en sangre y esas venas de la frente que amenazaban reventarse. La pequeña espalda también se reflejaba, la pequeña espalda y su mano apoyada en la nuca.
Alejó los demonios sacudiéndose la ropa y moviendo a uno y otro lado la cabeza terminó de ceñirse la sotana.

Una tía particular


Mi tía Clara era monja. Una decisión tomada desde muy joven que sigue siendo un misterio familiar. Digo misterio porque fue hija de Pedro, un hombre que afirmaba no creer en ningún ritual creado por el hombre y dentro de esas invenciones, encuadraban perfectamente los religiosos. Mi abuelo sostenía, no sin razón, que un Dios tan bueno y poderoso no podía permitir que uno de sus hijos sufriera como entonces sufrían las monjas de clausura. La rebeldía de aquella novicia le costó que durante siete años su padre no le dirigiera la palabra. La visitó solamente la primera vez y cuando vio que solo podía hablarle a través de un tapiz dijo que a partir de ése día solo tenía tres hijos varones.
Clara fue una monja de película. Se movilizaba en moto. Primero en una Siambretta de dos tiempos y tres velocidades con cambio en el manubrio y luego en una Vespa. En la parte trasera de la moto instaló un canasto. En él guardaba facturas y pan que recogía en el trayecto desde la
casa de mis abuelos hasta el convento. Luego lo repartía en una zona humilde cercana a Villa Adelina.
Le gustaba hacer travesuras impropias para una religiosa.
En tiempos de la dictadura, tomó un acelerador inútil de una máquina de coser, lo envolvió en un paquete hecho con papel madera cuidando que los dos cables que salían del metal quedasen fuera del envoltorio. Viajó con él hasta el centro, lo colocó en una vidriera y llamó al comando radioeléctrico denunciando que había un artefacto extraño en la calle. Luego compró un pote de helado y sentó enfrente a ver como se acordonaba la zona, el despliegue de la brigada de explosivos y la tensión de la gente.
Eduardo, un vecino y amigo daba clases de trompeta frente de casa. Uno de sus alumnos trajo una máscara de Estados Unidos con una expresión siniestra pero no exagerada. Un rostro que infundía terror, con una cicatriz en la mejilla, barba y pelo tupido, enrulado y blanco en la parte superior de la cabeza. El hueco de las órbitas estaban perfectamente ajustados para que los ojos fueran los de quien se la calzaba y los labios se adherían a los de la boca del impostor. Se podía hablar y fumar con ella. Esa máscara estuvo un tiempo en casa y sembró el espanto de más de un desprevenido. Mi tía la tomó y la llevó al convento. Se puso las ropas del jardinero y la máscara una noche. Se asomó a la cocina donde estaban conversando otras tres monjas. La que la vió asomarse se desmayó.
Una tarde que no conseguía flete para llevar unos muebles hasta el convento, paró a un botellero y le preguntó cuánto le cobraba por llevar algunas cosas unas cincuenta cuadras. Acordaron y ni bien pusieron las cosas arriba del carro, ella se sentó en el pescante y tomó las riendas de los caballos. Se fue conduciendo.
La operaron de un cáncer de intestino. Le pidieron reposo. Quisiera ver la cara del médico cirujano que la operó, cuando una semana después de haberle dado el alta, la cruzó montada en su moto en el puente de Paraná y Panamericana.
Siempre alentaba el aprendizaje de nuevas habilidades. A mi hermana Ana y a mí nos anotó en un curso de cerámica donde pudimos hacer algunas cosas que hoy perduran.
Fue ella la que me regaló la Olivetti sobre la que escribo ahora. Fue ella la que alentó junto a mis padres la insana costumbre de ordenar palabras y transmitir historias.
Hice el servicio militar en la época de la guerra de Malvinas en el Batallón de Arsenales 601 Esteban de Luca. En épocas de guerra salíamos vestidos de combate ante la posibilidad de una convocatoria de emergencia.
Se que rezaba para que no me pasara nada y ante tres convocatorias de traslado al sur, con despedida mediante, regresé. La última porque la guerra ya estaba en su último tramo. Quiero creer que a su Dios le caía simpática esta monja y le concedió el deseo.

Veneno


Me dieron el veneno en cuentagotas
y en algún secreto pacto decidieron
que las palabras Patria y pueblo se destiñen
con el paso del progreso y de los tiempos.
Juraron a escondidas, sin disenso,
le haremos creer todo lo que llegue a sus manos
con manos tan distintas a las nuestras, tan manchadas.

Nos dieron la estridencia de sus frases,
la postura y la maldición de Mitre en nuestra historia,
abrigaron en silencio la esperanza
que todo lo que sucede termina en el olvido
y lo que no está no existe, salvo dios.

La tinta derramada se parece a la sangre,
y todo justifica, hasta el despojo,
y se dieron ese abrazo tan fraterno
con el que cierran acuerdos los infames.

Nos dieron el veneno en cuentagotas
día tras día su grandeza en la portada,
como si fuesen la bandera, el campo, el sentimiento noble,
el franco derrotero y las noches del futuro.

Entraron de polizones a nuestras casas
escondidos en el murmullo de alguna radio
se treparon a nuestras camas en los sueños
nos dieron de beber, nos encerraron.

¿Cómo creerles, cómo a estos disfraces?
que dicen democracia y brindan con golpistas
que hablan de perdón porque bien saben
no todo es perdonable.

Los vuelos


El sol y las nubes, el sol y las nubes y de nuevo el sol como aquel día.

La historia de mi vida y de mi pueblo desde aquí, tan pequeñita. Esos campos, el arroyo, los silos y este mundo lleno de paz y silencio que gana altura con mi altura. Siento que soy un alma con un sentido heroico y allá voy con mi carga.

Y aquí voy.

No me animé a volver a ver lo que quedó después del impacto. Se que la nave está en un museo que jamás visité. Era un capítulo cerrado de mi vida, para transitar mansamente a éste en que sigo siendo un héroe, aunque algunos no se animen a preguntarme cual es la diferencia, en qué se parecen estos vuelos a aquel otro, si le temo a la muerte y solo sueñan en silencio que preguntan y tienden a agitar sus pañuelos cuando me ven pasar.

Sacanta no es tan distinta al mar a veces. Hay días en que la niebla está casi al ras del suelo. Pero yo soy libre siempre, libre con la prolongación y la supremacía de mis alas.

En la paz del cielo me reencuentro con mi mundo tan lejano. Aquellas fiestas patrióticas en la escuela, ese 25 de mayo sin Cabildo, ni llovizna y yo sobrevolando la flota inglesa.

El piloto Ricardo Lucero en combate. Sentí el impacto de la respuesta al fuego y supe que tenía que eyectarme. El viento y la suerte corren carreras a veces y si uno es piloto sabe que el peligro es grande cuando eso sucede. Mi paracaídas se enganchó en uno de los mástiles de una fragata y caí sobre el océano sin poder liberarme, y atravesé el barco por debajo sintiendo de cerca en esas aguas el frío de la muerte.

Los ingleses filmaron mi rescate, la imagen del oficial británico apuntándome con su fusil cuando estaba tendido en el suelo boca abajo, con su bota en mi cabeza, recorrió el mundo.

Lucero prisionero de la flota enemiga.

Estoy en Sacanta, en vuelo, con mi avioneta, dejando mi carga, tan distinta a aquella otra, fumigando los sembradíos. Vuelo a poca altura del suelo y soy libre, con la supremacía y la prolongación de mis alas de ángel.

Quizás los diarios digan que perdí el control, quizás, como aquella vez, el viento y la suerte corrieron una carrera que no vi.

Siento el viento y la supremacía de mis alas y mi pueblo abajo tan pequeñito.

Dicen los astros


Cardióloga diplomada, acérrima creyente de los dogmas de la ciencia, aprendió en sus años en el Morro de San Pablo que la medicina, como la Luna, tiene otras caras, y de manos indígenas descubrió que las plantas y sus hojas, sin proceso alguno, encierran secretamente propiedades mágicas y curativas. Y así lo comprobó en carne propia cuando le sucedieron un par de accidentes domésticos.
Es posible que allí mismo haya observado el cielo estrellado y la inmensidad de la noche como nunca antes.
Volvió a Buenos Aires para trabajar en el centro de especialización más importante en cardiología: la Fundación Favaloro.
Decidió compartir el departamento con una amiga que una noche organizò una fiesta a la que ella misma no acudió. Con la angustia y el malestar de recibir gente desconocida y no tener nada para servirle, decidió encerrarse en su cuarto a descansar. Cuando ya se había colocado el pijamas alguien tocó a su puerta. Al abrir vio a un hombre que le dijo con seguridad: “Vos sos mi alumna. Esta es mi dirección y te espero el jueves a las seis para la primer clase”. Cerró la puerta para envolverse en el más profundo desconcierto.
Pero a pesar de la distancia, de la inseguridad del barrio y la pobreza del rancho donde había sido citada, fue puntual. Grande fue su asombro cuando al entrar descubrió que en esa casa, que parecía ser víctima del abandono, había una de las bibliotecas mas deslumbrantes que había visto hasta el momento.
Sin salir del aturdimiento que comenzó con los golpes en la puerta de su cuarto una semana antes, sería ésta, hasta el amanecer, su primer contacto serio e introductorio al mundo de la astrología.
Cada nueva cita fue parte de un rito, y sin darse cuenta, comenzó a descifrar las líneas del destino humano que las estrellas en el cielo reflejan. ¿O es al revés?
Rodeada de enfermos graves, sumó a la historia clínica, la lectura que le revelaban la fecha y hora de nacimiento del paciente. Naturalmente, esa capacidad nueva y hasta hacía un año desconocida, le proporcionó eficacia en los diagnósticos y prestigio entre sus colegas, que no dudaban en consultarla cuando el tratamiento aplicado a algún paciente no proporcionaba avance ni mejora.
Las buenas interpretaciones hicieron que el mundo dejara de circunscribirse a enfermos cardiovasculares. Y siguió acertando con otros diagnósticos menos graves e inexorables, sin saber que uno de esos hallazgos la alejarían de su maestro, que sí leyó con anticipación la bifurcación del camino y hasta el detalle minúsculo de una botella de vino sin abrir reservada para la reconciliación en otros tiempos que aún no llegaron.
Cuando la saludé, después de un tiempo de no verla, porque vive en Córdoba, en Characato, al que se accede tras 30 kilómetros de tierra, en una casa que ella misma diseñó, orientó y edificó, en el suelo que igual que el Tibet se encuentra entre los más antiguos del planeta, me dijo: “Yo le dije a Mónica que volvería a Neuquén sin vos”.
En la calidez del living de la casa de un amigo contó su historia en medio de 9 pares de ojos que la seguían en cada silencio. La noche era estrellada.
Pensé si el destino está trazado y solo resta interpretarlo y pensé en la línea de cada uno de los destinos de quienes escuchábamos en ronda, en nuestras líneas invisibles que convergen en algún lugar, en algún tiempo, como las nuestras esa noche.
Y de esa convergencia natural a esta línea finita de mi escritura y de esta a la tuya que lees este texto, justamente ahora.

Indignación


Estoy indignado. ¿Dónde vamos a ir a parar si seguimos así?

Lo leo en los diarios todos los días, me levanto y lo escucho en todos los programas de radio.

Maradona sigue probando jugadores y el mundial se nos viene encima.

No tiene la lista!!!! Señores, no se sabe a qué jugamos!!! Por Dios.


Diarios y diarios que hablan del tema y me preocupan. Lo hablamos en el trabajo, en la calle, en el colectivo. Nunca se vio nada así. El papelón que vamos a hacer en Sudáfrica. Toda la dirigencia está en crisis, no me digan a mí.


¿La foto? Ah, si. Un pibe desnutrido en el Chaco argentino.

Esta tarde vi llover


vi gente correr y no estabas tu.

Ya lo dicen los viejos boleros. Pocas escenas son tan románticas como ver llover con la persona que amamos. El cambio climático le ha dado un nuevo enfoque. Ahora nos abrazamos a nuestro amor para que no nos lleve la correntada.
Y Buenos Aires de noche es París y con lluvia es Venecia.¿No tenés tiempo para hacer deporte como te recomendó el médico? Salí un día de lluvia y practicarás natación gratis.
25000 personas sin luz desde la tormenta hasta hoy. Y la compañía de luz te pide que para el reclamo le mandes un e-mail. Espectacular. ¿Porqué no aceptan un mensaje en una botella?
Y el servicio meteorológico no pudo ponernos sobre aviso. A Noé la rodilla no le fallaba. Cuando le dolía, agua seguro.



Como perro y gato




El gato llegó una noche, recién destetado, mi hermana Tere lo bautizó Pompón y se lo presentamos al hasta entonces rey de la casa Kent, que había llegado en condiciones similares dos años antes.
Cuando vió al intruso no dudó y entre dos logramos que no convirtiese al recién llegado en un canapé.
Durante los primeros días, cada vez que el perro se acercaba al gato se escuchaba un reto y el acto reflejo de retroceder sobre sus pasos se volvió cultura para ambos.
Apoyado por el aparato represivo, el gato aprovechaba su ventaja. Si estaba sentado en una silla y el perro pasaba cerca, el gato le tiraba un manotazo al lomo quedándose con un manojo de pelo entre las garras. Kent lo miraba de costado, como si lo midiera, o quizás enviando una amenaza silenciosa.
Cuando Kent se echaba a dormir en la cocina, el gato venía a la carrera, saltaba en su cabeza y le mordía una oreja. Kent aprendió a usar con ciertos límites su supremacía física. Abría la boca y dejaba dentro de ella la cabeza completa de Pompón. El gato trataba de zafarse haciendo un esfuerzo inútil con sus patas delanteras contra la cara de su carcelero. Kent lo soltaba y el gato salía peinado a la saliva.
He visto juegos de amistad increíbles.
He visto al gato trepar al naranjo, al perro empujarlo con el hocico desde abajo y el gato darse vuelta para agarrarse de la cabeza de Kent y salir montado a galopar por el fondo de la casa.
El gato creció y como sucede en estos casos, comenzó a hacer mas largas las incursiones por el barrio. Y volvía con claras señales de sus batallas con otros machos disputando quién sabe qué amor furtivo.
Cuando la medición de fuerzas con otros gatos lo obligaban a batirse en retirada, encontró la salida perfecta. Escapaba por el cerco de un vecino que oficiaba de pasadizo y salvoconducto hacia una vieja viga de ferrocarril que inclinada daba a nuestro jardín. Abajo esperaba Kent el descenso de los gatos en fila india. Pasaba su amigo. El que lo seguía debía rezar, los otros abandonaban la persecución.
Muchas veces dormían juntos.
Las peleas constantes con otros gatos hicieron que el nuestro se debilitara. Los gatos acostumbran a esconderse cuando sienten que van a parir o a morir, supongo que para que nadie los vea.
Vimos a Kent llorar intentando abrir con la pata la puerta de una alacena donde se guardaba el carbón para los asados. Adentro estaba su amigo.