Piso 14

De todos los departamentos en que vivimos, el de la calle Thames fue el más amplio. 4 ambientes, dos baños, una cocina amplia con lavadero, balcón a la calle.

Tenía 14 pisos y una terraza enorme donde colgar la ropa. Esperábamos que el tambor del lavarropas terminara de centrifugar, colocábamos la ropa escurrida en un recipiente de plástico y subíamos a tenderla, cuidando de sujetarla bien con los broches porque el viento podía mudarla sin permiso a cualquier techo del barrio.

Una tarde subí a la caída del sol. Tendí la ropa y bajé las escaleras como siempre. La encargada del edificio, Berta, que venía caminando por el pasillo del último piso, se encuentra por sorpresa conmigo. Da un grito y se queda tiesa, pálida con la espalda contra  la pared. Entendió que también me había asustado tanto como ella con su reacción. Tomó aire y apenas se recompuso me explicó.

La despertó la policía una madrugada y sin darle explicaciones le pidieron que los acompañara. Fueron hasta el 14 D. Entraron al departamento y la condujeron hasta el baño. Colgado de la ducha estaba el dueño.


Cada vez que Berta subía hasta el piso 14 el corazón le galopaba en el pecho. Habían pasado años pero nunca pudo escapar a la sensación de angustia que se le metía en el cuerpo cuando llegaba a ese piso. 

Era digital


Primero fueron los bancos, la bolsa de valores y las tarjetas de crédito, los que digitalizaron y convirtieron en virtual al dinero constante y sonante. En un orden prioridades, lo primero es lo primero.

Luego las redes sociales acortaron la distancia entre los Polos y transformaron en inmediata la comunicación entre dos puntos, cuando hasta hace unos pocos años atrás, demandaba días.

Hoy nos previenen que nuestras pequeñas joyas tecnológicas, como los seres vivos que las usan, pueden estropearse. Resulta conveniente asegurar nuestros archivos importantes, nuestras agendas, nuestras instantáneas de viajes inolvidables, nuestros recuerdos, subiéndolos a la red para contar con ellos cuando los necesitemos, así, al instante, en nuestros móviles, siempre al alcance de la mano.

Llegará el día en que resultará imperioso subir a la nube nuestro amor y nuestra ira, nuestra gratitud y nuestro desprecio, nuestras virtudes y miserias, para descargarlas en el momento preciso, en el lugar real donde nos encontremos.

Sin Vicente, pero con planes

La casa rosada es todo alboroto. Mauricio está imparable. No baja su ritmo de planificación, no para de plasmar ideas. Dentro de la agenda de cambios que se propone su joven partido, Cambiemos, ocupa un lugar de privilegio una modificación mínima, pero sustancial en la letra de nuestro Himno Nacional de acuerdo a los tiempos que corren. Si bien la letra de nuestra canción patria se ha ido modificando en los encuentros deportivos por un Oh, Oh, Oh Oh Oh Oh, Mauricio se mostró preocupado inicialmente porque no posee un ritmo bailable. "Ningún presidente lo pensó. El himno no se puede bailar". Ante la explicación de sus asesores a lo que llevaría esta modificación a nivel mundial, lo conformaron, entre berrinches y justos reclamos como: ¿Porqué Charly García lo tocó como quiso y nosotros no?, terminó aceptando una actualización en la letra que al parecer lo dejó conforme.

En menos de siete minutos sus asesores tenían el borrador que Mauricio ya autorizó.
Tenemos la primicia. La música sigue igual, pero la nueva letra del Himno Nacional dice:

Oid liberales, el grito sagrado:
Paridad, paridad, paridad.
Oid silencio, no hay yegua en cadena,
Ved en trono a Susana y Legrand.

Ya a su cofre de oro acudieron
grandes bancos de la Wall Street
y los buitres del mundo responden
te doy diez y tu me pagas mil
te doy diez y tu me pagas mil.

Y los buitres del mundo responden
Sudarás pero serás feliz.

Sea eterna la alegría
que supimos conseguir
que supimos seducir,
Endeudados y hasta las manos
Imploremos al Club de París,
imploremos al Club de París,
Imploremos al Club de París.

No están muy claros los cambios del final porque un arreglo de un conocido DJ mezclando hip hop, apaga el sonido de los estridentes clarinetes originales. Y esto no ha sido del agrado de la prensa oficial.
Ampliaremos otros detalles.

Lavado