Espió a adversarios y a propios bajo
el lema Leninista “La confianza es buena pero el control es mejor” y dice que
tiene archivos y videos comprometedores para torcer más de una voluntad un poco
disloca.
Creó su propia agencia de
inteligencia delegando en otro el manejo por consejo de sus asesores que más
que nadie saben qué le falta y qué le sobra. Sabían sus asesores que intervenir
teléfonos era una debilidad en la que cayó muchas veces durante su
administración y en las escuchas preguntaba: “¿No es Fino?”
De la cantera de espías egresaron
comunicadores con nombres en clave como el de Pirincho para alejarse de los
clásicos 007 e imprimirle un toque autóctono como los simpáticos animalitos de
los billetes.
Durante su gestión se disparó la
venta de micrófonos resaltando el slogan partidario “Los escucho”
El libro de entradas y salidas de la
Quinta presidencial fue reemplazado por tarjetas magnéticas porque la mayor
parte de los jueces que iban a jugar al fútbol, al paddle o a las carreras de
embolsados tenían dos apellidos y era una fortuna el presupuesto en libros.
Le quitó el impuesto al champagne
para que todos tuviésemos la misma oportunidad de brindar para festejar sus
logros.
Aprendió a armar equipos de trabajo
cuyos integrantes coincidían con los de fútbol, paddle y carreras de
embolsados.
Sentó a un perro en el sillón de
Rivadavia con el objetivo de hacer público que no había favoritismo con las
especies.
No hay pruebas de su paso por la
universidad pero dedicó mucho tiempo a formarse mirando Netflix.
El stress y las actividades
deportivas que lo fatigaban lo obligaron a tomarse descansos cada tanto para
protegernos a todos con una advertencia “Si me pongo loco puedo hacer mucho
daño”
Se rodeó de quienes consideraba
impepinables, término que nació de su impronta en un reportaje. Su círculo de
confianza es pequeño como un submarino pero profundo como el mar y respetando
el medio se tomaron el buque en busca de otras oportunidades cuando terminó su
gestión. No escriben ni llaman.
Cuando era joven admiraba mucho a
Freddie Mercury e hizo lo imposible por parecerse a él, solo que pudo imitarlo
cuando el cantante murió. Casi se va antes cuando en una fiesta se tragó el
bigote postizo cantando un tema de Queen. Dios castiga pero a veces advierte.
Su madre le pegaba por mentiroso pero
aquellos golpes mal asestados solo agravaron su enfermedad.
Tiene una inclinación hacia la danza
y procura diariamente crear nuevos pasos que él mismo bautiza como coreógrafo.
Su paso por el Cardenal Newman le
dejó secuelas en el habla por hacerse el cheto como sus compañeros disimulando
ser el hijo de un constructor. Sufrió bullying de sus padres y hermanos.
Concurrió a las empresas de su padre que diariamente le repetía antes de salir
“No toque nada, por favor”
Así como estuvo pendiente de la
actividad amorosa del pueblo invitándonos a todos a enamorarnos de una
francesa, también se preocupó por el buen descanso y luego de unas elecciones
desfavorables nos mandó a dormir. Es el famoso liderazgo paternalista.
Convenció a enemigos mortales de
antaño para que integren sus filas recurriendo a su particular encanto y a unos
recursos desperdigados por el mundo en lugares como Caimán y Panamá.
Su gestión en Boca le sirvió para
estar en boca de todos, especialmente los días de la madre en que la gente le
cantaba a la suya recordándola.
Sus primos estuvieron siempre en las
finanzas y en la construcción pero luego de su gestión se dedicaron a muebles y
guillotinas.