El rebelde

La historia, esa maestra paciente, noble, irrefutable, no se cansa de enseñarnos que desde tiempos inmemoriales han existido hombres, pueblos, que se erigieron como amos de la humanidad. Una larga lista de imperios han dominado continentes durante siglos. En aras de esa autoproclamada distinción, conquistaron, destruyeron, masacraron, enterraron civilizaciones, culturas, razas, creencias, futuros.
Hubo un puñado de díslocos, rebeldes, indomables que no se dejaron doblegar y combatieron a los invasores desde épocas también inmemoriales. Hay anónimos y célebres, hay leales y traidores. De todos estos héroes hay uno tan grande como el mito que dejó su estela. Es una figura que emerge como ícono de rebeldía, de símbolo de lucha.
Tengo una evidente debilidad, una admiración profunda, por aquellos que no han aceptado simplemente y con abyecta sumisión aquello que deparaba su destino.
De todas las figuras que no dejaron torcer su voluntad, y son muchas, la historia, esa maestra paciente, noble, irrefutable, los recuerda y los devuelve a lo cotidiano cada tanto, siempre al borde de un nuevo acto de injusticia, de una nueva invasión, de un atropello, hay una que regresa una y otra vez en banderas, remeras, estandartes.
Algunos jóvenes díslocos, rebeldes se atreven a evocarlo, a traerlo desde el fondo de los tiempos. Hoy que  veo su imagen en otras latitudes, prefiero ceder el uso de la palabra a plumas mas expertas, a escritores poetas que le rindieron justo homenaje, como se merecen aquellos humanos capaces de arriesgar su vida por la dignidad y la libertad de sus hermanos.
Tres poemas de distintos autores para el mismo hombre.

CHE

- A lo mejor está debajo de la alfombra.
- A lo mejor nos mira de adentro del ropero.
- A lo mejor ese color habano es una seña.
- A lo mejor ese pez colorado es guerrillero.
- Yo juro haberlo visto de gato en las azoteas.
- Y yo corriendo por los hilos del teléfono.
- Señor, ¿Ha revisado bien adentro de su cama?
- Oh John ¿Qué es esa barba que asoma en tu chaleco?
- Debiéramos filtrar todas las aguas de los ríos.
- Lavar todas las caras de los negros.
- Picar la cordillera de loe Andes.
- Poner a South América en un termo.
- Dicen que en Venezuela montaba una guitarra.
- Que en Buenos Aires entraba en bandoneones y discépolos.
- Que en Uruguay punteaba una milonga con el Diablo.
- Y en el Brasil vestido de caboclo bajaba a los terreiros.
- Pero si ayer nomás saltó en Santo Domingo.
- Si en Colombia era cumbia de los filibusteros.
- Si lo vi esta mañana con su risa terrible
Soltándole los duendes al espejo.
- A mí casi me mata la otra noche,
se subió con un millón de sátiros al sueño.
- Ese lío en Bolivia es cosa suya.
- Y esos ladridos en la noche no son perros.
- Y esa sombra que pasa, ¿Por qué pasa?
- Y no me gustan nada esos berridos junto al pecho.
- A lo mejor está en la pampa y es graznido.
- A lo mejor está en la calle y es el viento.
- A lo mejor es una fiebre que no cura,
- A lo mejor es rebelión y está viniendo.

HUMBERTO CONSTANTINI

“Che”
Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.”

Julio Cortázar

Consternados, rabiosos
Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles

da vergüenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales de tu nombre
en la rígida máquina
que nunca
nuca estuvo
con la cinta tan pálida

vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y escuchar en silencio
sobre todo si es un cuarteto de Mozart

da vergüenza el confort
y el asma da vergüenza
cuando tú comandante estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido

eres nuestra conciencia acribillada

dicen que te quemaron
con qué fuego
van a quemar las buenas
las buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu tos
con tu barro

dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo

basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos

así estamos
consternados
rabiosos
claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos irá pasando
la rabia quedará
se hará mas limpia

estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella

donde estés
si es que estás
si estás llegando

aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones

donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios

pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte
comandante.
Mario Benedetti