En nombre del Padre, no del mío

La Iglesia católica guarda en sus registros los nombres de sus fieles con sus fechas de bautismo, comunión, confirmación, casamiento y muerte.
Es una forma de llevar la contabilidad de sus socios accionistas, el censo de las personas que adhieren a sus conceptos religiosos.
Hoy presenté un pedido formal con copia de mi documento para que me borren de sus libros en la Parroquia Jesús en el Huerto de los Olivos.
No quiero que ningún cura anti aborto legal ni ningún pedófilo se exprese en nombre mío.