Me asiste la razón


Me asiste la razón y no la visión del crítico imparcial y despojado de influencia alguna.

Me asiste el gusto, mis preferencias musicales y el haber buscado hasta el cansancio más de una vez algún acorde que nunca apareció.

Me asiste también el eco de mi sangre que no filtra ni distorsiona monitor aún fabricado.

Pero pude observar a mi alrededor y entender que a los que me rodeaban les pasaba lo mismo, que sonreían por el camino imprevisible que había tomado la letra o la sorpresa donde nos condujo involuntariamente la melodía.

Sobre Aye ya hay otros textos en este blog, no descubro nada, más que esta cuota de orgullo personal siempre latente.

Nos regalaron según sus propias palabras ocho canciones repiponas y un cover tremendo.

Nos regalaron una comunicación profunda entre ellos y de ellos para nosotros.

A Aye la amo.

A Nico le admiro la valentía, la indomable naturalidad, el desenfado y el sentirse en el escenario más cómodo que en el living de su casa.

No me sorprendieron gratamente. Me emocionaron. Y esto es todo lo que justifica cualquier hecho artístico. Para comunicar la fibra íntima está el arte. Y arte fue lo que nos dieron en ocho canciones repiponas y un cover tremendo.