Durante algunos años he
compartido escenario con colegas a quienes respeto y admiro por sus cualidades
técnicas, talento, don de gente. No es fácil, en un medio competitivo, en
espacios donde afloran con facilidad los egos, conectarse con la gente que trabaja
a la par y comparte un camarín.
Disfruto de la magia de
la escena, y disfruto tanto o más de compartir con mis compañeros una charla
previa y posterior al show.
Ellos también, de alguna forma, sutil o directamente, corroboran que uno hace hace lo que hace por algo.
Esto no
tiene precio.
Gracias a mis compañeros
de El Guiño.