Recetas

 

Ilustración: Darío Parissi

Aprendí a olvidarme,

como dicen los boleros,

como piden los amigos sin corazón.

 

Aprendí a no nombrarte,

los nombres son solo referencias

para documentos personales

y maletas extraviadas.

 

Aprendí a no escribirte,

las cartas pueden perderse,

los poemas traspapelarse.

 

Aprendí a no buscarte,

las rutas a tu barrio son confusas

y llegar a tu puerta no es garantía de encuentro.

 

Aprendí a detenerme

cuando una palabra trae la otra

y estoy a punto de decir lo que no quiero.