Acovacharse es un término que utilizábamos en la jerga militar los
conscriptos que cumplíamos con el año se servicio obligatorio. Acción y efecto de resguardarse ante un ambiente
incómodo o peligroso. Lo utilizábamos entre nosotros para ponernos a salvo de movimientos
vivos o tareas humillantes.
Una tarde una sección de 36 soldados quedamos a cargo de un Sargento
primero después del almuerzo. El Sargento primero nos reunió adelantando de que
nos iba a dar tareas. Dividió la sección en cuatro grupos y comenzó impartiendo
órdenes al primer pelotón para que cortara el pasto cercano a la compañía, al
segundo lo envió a limpiar los baños de tropa, al tercero a la cuadra.
Quedábamos los del último pelotón y el sargento no sabía qué tarea asignarnos.
-Y a ustedes, dónde los mando?-se preguntó a sí mismo en voz baja.
Me paré firme y como si jurara por la Patria grité:
-¡A acovacharnos, mi Sargento primero!
Se hizo un silencio profundo y nos miró.
-A acovacharse, carrera mar! -ordenó. Mientras salíamos disparados en distintas direcciones nos
alertó que al soldado que encontrara acovachado lo unía a alguno de los grupos que ya estaban
trabajando.
Mientras todos desempeñaban distintos trabajos en la compañía el último pelotón se escondía de la vigilante mirada del sargento.