Y dijiste que yo dije
y yo dije que dijiste
y fue algo que pensamos sin decirnos,
la excusa por decir lo que no existe
sus propias frustraciones y su peor carcelero es la felicidad siempre ajena”
Soñé que no soñaba
Y que no eran míos
Ninguno de estos versos,
Que estaba en el cadalso
Esperando al verdugo
y que el cura murmuraba un padrenuestro,
que pedía un perdón que yo no merecía.