Figurita repetida o Domingo Cavallo según Molopedia

Domingo Felipe Cavallo. Nació en San Francisco (fijate vos, el de los humildes), Córdoba, el 21 de julio de 1946 bajo el signo de Cáncer, todo un signo premonitorio de lo que le ocurriría bajo su gestión a este país.
Tiene una larga carrera pública pero corriendo para el lado de los barrios privados y es muy recordado por la Ley de Convertibilidad, plan que consistió en equiparar al billete de un peso al valor de un dólar, luego de quitarle cuatro ceros al Austral que pasó de 10000 a 1 en un santiamén, como por arte de su extraordinaria varita. Lo que se dice un mago de las finanzas.
También muchos lo tienen presente por el corralito, que consistió en incautar todos los depósitos en ahorros de los argentinos para enseñarles administración y manejo de capitales a quienes siempre vivieron a puro despilfarro.
Biografía:
Sus comienzos, nuestros finales.
Estudió en la Facultad de Economía de la Universidad de Córdoba, donde fue miembro del claustro estudiantil, aunque nunca lo hayan enclaustrado. Doctorado en Economía a los 24 años. Recién recibido de doctor anduvo buscando pacientes y nos encontró a nosotros con quienes experimentó sus revolucionarias ideas. Logró un segundo doctorado en Harvard y otros honores en Universidades como la de  Bologna por su buena mano para la salsa, la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne, la de Turín, la de Ben Gurion y la Universidad de Génova. De ellas egresan los grandes economistas que llevaron al Mundo a esta panacea que hoy vivimos.
Sus primeros pasos como economista fueron con su pierna menos hábil.
En 1982 hizo que la deuda contraída por empresas privadas pasara a ser pública para un mejor y efectivo, sobre todo efectivo control. Así que lo que pidieron prestado al Exterior algunos (17000 millones de dólares), fue repartido entre todos. Siempre es más fácil cuando se hace una vaquita para levantar cualquier muerto. Que lo digan sino los que organizan una fiesta a la romana en casa.
Cuando asumió en el 89 la deuda externa era de 45.000 millones de dólares. En el 2000 trepó a 145.000 perfectamente controlada por su administración que la redujo una bocha con la venta de empresas estatales como Entel, Gas del Estado, Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas, YPF y otras que es lo mismo tenerlas que no porque te traen gastos. Los trabajadores fueron despedidos por los nuevos dueños en fiestas cargadas de emoción. El gesto fue aplaudido por los portavoces de la época: Mariano y Bernardo.
Al asumir había una desocupación del 8.6% y al retirarse del 18.4 lo que demostraba que el plan de crecimiento (al menos en estas tasas) iba viento en popa. La tasa de manteniéndonos dentro de los números de la mesa de ruleta.
Cuando en el 2001 Machinea fracasa con el blindaje y  Lopez Murphy encuentra la puerta blindada para entrar a su despacho, lo volvemos a llamar a Domingo, porque después de tanto trajín hace falta un fin de semana de descanso.
Y Domingo no nos defraudó.
Presentó varios planes. Plan de competitividad (les gustaban los terminados en ad como el de Convertivilidad) y luego el de “Déficit 0”. Le falló por un pelo. Pero igual se puso firme y denunció corrupción involucrando al empresario Alfredo Yabrán, con mejor suerte que Cabezas que solo le había tomado unas fotografías al Zar del correo y apareció en un auto carbonizado.
Se presentó como candidato en varias elecciones. Volvió a tomar impulso con el gobierno de De la Rúa y prometió seguir creciendo como crecieron las cifras más arriba mencionadas y estuvimos al tope del ranking entre los países que más visitaba el Fondo Monetario Internacional y los Fondos Buitres. Si hay miseria que no se note y a recibir las visitas con dignidad y la mesa bien servida.
Ferviente devoto de San Francisco fue sobreseído de más de 90 causas judiciales que incluían la sustracción de fondos públicos de forma periódica con el fin de mantener el déficit 0. Si no hay un mango, no tenés para gastar.
Los pagos de sobresueldos, la venta de la Sociedad Rural, el contrabando de armas lo tuvieron en el centro de la tormenta, pero el tipo, siempre impecable de piloto y paraguas.
Cada tanto vuelve y aparece. Da alguna que otra conferencia, se presenta para algún acto eleccionario, comenta lo que ve y en lo que puede ayudar, pero ya no es el mismo que antes.