Julio César Parissi

 

Ilustración de Julio Parissi para el poema "El poeta murió al amanecer"de Raúl González Tuñón

Solo recuerda que una noche cualquiera y única, y por esa distinción el detalle de la fecha no reviste importancia alguna, le pidió a su hermano mayor, Héctor, a quien admiraba profundamente por su natural y exquisito talento para dibujar, que le enseñara su técnica. Disfrutaba tanto de su arte como del infinito placer que irradiaba su rostro al consumar con éxito el trazo que buscaba plasmar sobre el papel. Su hermano, sin saberlo, le dio una clase magistral que cambiaría su vida para siempre. Tomó una revista de la época y lo invitó a que copiase lo más fielmente posible la imagen impresa. Esa primera noche se pasó horas dibujando y borroneando el boceto. En los días siguientes alcanzó el nivel de fidelidad que había buscado y colgó con orgullo el dibujo en la pared.

Pasaron muchos años y cientos de lápices, blocks de notas, plumines, pinceles y gomas de borrar. Se ganó la vida dibujando y creando chistes y así como aquella noche descubrió secretos del dibujo imposibles de transmitir, fue reconociendo más tarde como piezas de relojería los mecanismos invisibles que hacen funcionar un chiste y provocar en el lector una sonrisa.

No hay registro de aquella noche. De ella sigue viva la misma pasión, disciplina y contracción que le dedica a cada trabajo.