La niebla

Ilustración: Darío Parissi

Te sienta mal esa mueca,

el gesto de fastidio,

la expresión beligerante,

el brillo que en tus ojos

anticipa una tormenta.

 

Te sienta mal, no va con vos

esa señal de furia en el semblante,

tus brazos cruzados sobre el pecho

y los puntos suspensivos de un silencio.

 

Son esos momentos tan ingratos

en que olvido sin consuelo y sin remedio

las palabras de amor,

tu talle y las flores que te gustan.

 

Me detengo en repasar los pormenores,

busco la chispa del incendio,

las causas posibles y las otras,

las que no tienen nombre ni antecedentes criminales.

 

Y busco la punta del ovillo,

el nudo que enmaraña la madeja,

la nota disonante del acorde,

la ventana por la que entró la niebla.