O Rei do Pelourinho



En una de las calles de Pelourinho, el barrio emblemático del centro bahiano, nos encontramos Jacqueline y yo con Edmundo Edvon Santos, artista de ochenta y cuatro años, quien ostenta desde hace décadas la preciada condición de ser “El negro más bonito de Bahía”, presentación personal luego del saludo de rigor, es certificada por los residentes que se acercan a saludarlo.

Edmundo anda vendiendo sus trabajos en distintas técnicas plasmados en litografías de papel satinado y porta consigo una carpeta con folios donde conserva notas, fotos, premios de otros tiempos no tan lejanos, sobre todo para quien fue hijo de un hombre que vivió hasta los ciento seis años. Dueño de un humor inteligente, exquisito, nos cuenta la historia de su barrio, de origen aristocrático hasta que la proliferación de la población negra, altamente competitiva en superarse entre sí  en el número de hijos, obligase a los primeros residentes a emigrar a otras zonas más apropiadas a su abolengo.

Santos define las etapas de la vida de un hombre trazando un paralelismo con los pájaros. Hasta los treinta es un picaflor y anda de un lado al otro picoteando todas las flores. Cuando llega a los cuarenta se convierte en un águila que selecciona a sus presas. Llegando a los sesenta es un buitre que come lo que encuentra y a los setenta es un cóndor. Con dor (dolor) aquí, con dor allá.

Conversamos con él casi una hora. Sus trabajos fueron declarados de interés cultural por la intendencia y un visitante le regaló la edición de unos minutos de filmación https://youtu.be/3yKYJTlYtks. Lleva una camisa y una gorra de color blanco impecables que le confieren un aire señorial que sumado a la  gracia de sus gestos, cadencias y entonaciones nos hace  sentir que estamos frente ante alguien de linaje africano.

Edmundo es un príncipe y un rey en Bahía.

Al estrechar su mano le prometí que escribiría sobre este encuentro que me hizo un poco más rico de lo que soy.