Imaginaria


Todos los días, con su abnegada paciencia como escudo, vela por todos. No renuncia ni suspende su labor. Asiste solícito al que se desabriga en sueños, al que padece pesadillas o respira con dificultad. Es el centinela del descanso de todos y si algo lo angustia es no poder evitar cada tanto un hurto, un acto canalla o un crimen. Hace esfuerzos para no dormirse y aunque le cueste no caer en la tentación de descansar un rato, aunque sea de pie, apoyando la espalda en la pared, no claudica.

El sacrificio es grande y sabe que además de insuficiente es ingrato. Fracciones de segundo en duermevela concluyen en el peor de los desastres. Muy de vez en cuando se lamenta. Parte de este caos fue creado por él como la función de centinela. No espera relevos ni recompensa. Sabe que su ronda será eterna. Susurra cada tanto contra el viento esperando que alguien se apiade y escriba sobre la imaginaria de Dios.


Libre de virus. www.avast.com